Más inclusión y más justicia social: por un matrimonio civil igualitario.
"Tenemos que encauzar los esfuerzos en hacer una sociedad más igualitaria en la que las minorías tengan los mismos derechos que las mayorías"
Compañera Presidenta Cristina Fernández (9/07/2010)
Desde 2003 la Argentina ha salido del infierno neoliberal de desocupación estructural y un ejército de excluidos de toda índole, un estado minúsculo sólo al servicio de la timba financiera y una sociedad cultural que miraba el Primer Mundo y estimulaba los valores del consumismo, el individualismo y el “sálvese quien pueda”. Con el liderazgo de Néstor y Cristina volvieron a hacerse carne las banderas históricas del peronismo y comenzamos a construir un modelo basado en la inclusión social: más de un millón y medio de argentinos y argentinas pudieron acceder con justicia a una jubilación largamente postergada, otros cuatro millones pudieron acceder a un trabajo y hoy más de tres millones y medio de pibes perciben la Asignación Universal por Hijo que ha permitido su reinserción al sistema social, educativo y de salud.
Hoy la tendencia inclusiva de este proceso histórico nos enfrenta en el Senado entre la universalización y ampliación del matrimonio civil y un “engendro” legal como una unión civil que sólo busca discriminar y excluir la diversidad familiar existente. El dilema es inclusión igualitaria o discriminación. Y nosotros vamos por lo primero:
-Porque el Estado de todos y todas no puede quedar sometido a los designios de las convicciones religiosas, ni tampoco de los poderes corporativos de facto, sean los multimedios, la jerarquía eclesiástica o las corporaciones empresarias del agrobusiness. Nuevamente la disyuntiva vuelve a ser “Democracia o Corporaciones”.
o Porque como nos ha enseñado la Historia a los golpes y bombardeos y siguiendo el legado de nuestros religiosos compañeros -desde el padre Hernán Benitez hasta Carlos Mugica-, el peronismo dejó en evidencia la existencia de dos cristianismos, el que vive y late en las creencias y prácticas de los pueblos y el que adormece cristalizado, inmóvil y pegajoso en las instituciones eclesiásticas. Frente a una Iglesia católica que desde sus jerarquías construye un proyecto antinacional con la Argentina del pasado y que trata a la diversidad sexual como una “movida del Diablo”, nosotros acompañamos un activismo religioso que en palabras del sacerdote cordobés Nicolás Alessio sigue el Evangelio de Jesús y rescata “un Jesús que nos ha revelado el rostro amoroso de su Dios” que no siempre coincide con la iglesia oficial y sus opiniones.
-Porque como dijera Juan Perón, debemos orientarnos “hacia la realización de la armonía y el equilibrio entre los derechos del individuo y los derechos de la sociedad para que la Comunidad posibilite el máximo desarrollo posible de los fines individuales de sus componentes”. Desde hace muchos años existen familias ensambladas, familias monoparentales, familias sin hijos y familias con parejas homosexuales también. No somos pura biología sino más bien cultura y las familias diversas son hoy una realidad y es necesario reconocer sus derechos para el desarrollo pleno y feliz de nuestra sociedad. Y como nos enseñara Evita, “donde existe una necesidad, nace un derecho”.
-Porque el momento histórico que estamos viviendo como sociedad no es un aumento en las identidades diferentes a la heterosexual tradicional de nuestros compañeros y compañeras, es un proceso de visibilización, toma de la palabra, organización y lucha. No somos más, siempre estuvimos, ahora lo estamos haciendo valer: los putos, tortas, trans y travas hemos sido parte de la Argentina y del Movimiento Nacional desde que el Pueblo es Pueblo. Siempre se nos obligó a dejar el corazón por fuera de la militancia; hoy es tiempo de preguntarnos qué diría la compañera Evita sobre dejar a un lado el amor en el proceso de transformación de la Argentina.
-Y porque dejar a los que no son heterosexuales por fuera del Pueblo y del Movimiento deja poco margen para la construcción de una identidad Nacional y Popular de la diversidad.
Por estas razones y pasiones, el arco de organizaciones sociales y políticas abajo firmantes nos movilizamos este miércoles 14 de julio desde las 15 horas en plaza Congreso. Para que la ley de matrimonio igualitario se haga realidad. Acaso un paso más “para que reine en el pueblo y la igualdad”. Por una patria justa, libre, soberana y diversa.•
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